Viajar en barco es algo único. Un mini mundo flotante, ajeno al ambiente de nuestra ciudad de origen, un clima totalmente distinto, un ritmo singular. Por qué viajar en crucero? porque es diferente a cualquier otra forma de viajar.
Desplazarse sobre el mar haciendo que las distancias se acorten es una característica exclusiva, además de brindar vistas únicas a medida que se acerca a cada destino. Los cruceros son una opción maravillosa para conocer lugares de los más bellos del mundo y disfrutar de un viaje distendido y pleno de diversión al mismo tiempo.
Como todo se encuentra en un mismo sitio podemos contar con evitar el trabajo de organizar el viaje; y hacer/ deshacer equipaje, reservar hoteles, elegir restaurantes. Cuentan con entretenimiento para todo tipo de viajeros: niños, parejas, familias, amigos.
¿Qué hacer a bordo de un crucero?
Las actividades a bordo están perfectamente pensadas para todo tipo de gustos. Podemos elegir participar en juegos con los equipos de animación o hacer ejercicio en el gimnasio; también recorrer el paseo de compras y aprovechar sus precios libres de impuestos. Disfrutar del sol al borde de piscina o en el solárium, o bien decidirnos por el relax en el servicio de spa. Cada noche podremos apreciar la presentación de artistas de nivel internacional en el teatro, músicos y cantantes presentes en los bares y salones. Tendremos la opción de probar algún cóctel y por qué no, probar la suerte en el casino. Si aún tenemos energía terminar la velada bailando en la disco y apreciando sus vistas panorámicas.
Otra peculiaridad de los cruceros es la gastronomía, la comida abunda en cantidad y variedad, desde el buffete libre que se ofrece casi las 24 hs del día hasta las comidas más elaboradas que podremos encontrar en la hora de la cena. Los platos que se ofrecen son seleccionados de acuerdo a los destinos visitados y la nacionalidad de los huéspedes a bordo; encontramos tantas opciones diferentes y tentadoras que es difícil saber por dónde empezar.
Una experiencia positiva
El efecto positivo del mar y la navegación es a mi modo de ver una de las cualidades más significativas. Es una forma única de apreciar la inmensidad del mar, la paz y desconexión que transmite. La observación de azul profundo y el aire marítimo es uno de los mejores ejercicios de relajación para alejarnos del estrés cotidiano. De las terapias que existen esta es, sin dudas, una de las más placenteras que podemos hallar.
Socializar con otros huéspedes y la tripulación durante la estadía nos llevan a hacer amistades, ya que son muchas las horas que se pasan compartiendo juntos, conversando, cenando, disfrutando de actividades, recorriendo destinos maravillosos.
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